Ha sido increíble ver cómo cambiaba en instantes de personajes. Hacía de ella adolescente, de su novio maltratador, de un alumno de Jaén que asistía a uno de sus monólogos y la interrumpía constantemente... De su amiga Maite.
El alumnado estuvo entregado durante su actuación. Nos hizo partirnos de risa o que las lágrimas estuvieran a punto de salir.
Con el idioma que hablan los jóvenes, desmenuza e hila todo un argumentario muy bien estructurado. Habla valientemente de patriarcado, de machismo, de relaciones de poder y lo relaciona con el sistema capitalista. Qué labor tan enorme, qué manera de conectar con las chicas y también con los chicos. Qué manera de hilar una maraña confusa de acontecimientos terribles, usando las películas de moda, los cuentos de princesas, las situaciones cotidianas, hechos terribles normalizados por todo el mundo, qué manera de interpretar ella sola a un montón de personajes masculinos y femeninos, para extraer al final de tanto sufrimiento y de generar mucha empatía, varias conclusiones de esas que lo cambian todo, de esas en las que ya no hay marcha atrás. Gracias, Pamela. Tu labor cambia la vida de muchas personas.
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